De nuevo a Entrenar...

*Cuanto tiempo paso desde que entrene... Debo seguir*
[Mucho habia pasado desde la ultima vez que me habia propuesto entrenar, a pesar de haber jurado que me haria mas fuerte, no habia hecho mucho en este tiempo. Siempre en mi casa, aburrida, pensando en que hacer. A pesar de saber que la recompensa era muy buena, entrenar jutsus era algo un poco... denso. Luego de tanto tiempo, decidi volver a empezar.]



—Como pude haber dejado pasar tanto tiempo...
[Por alguna razon, hasta me sentia con menos interes que antes... No tenia las mismas ganas que al comienzo, cuando empeze mi entrenamiento con tanta emocion. Ni siquiera el lugar en el que me encontraba, me reanimaba. Era de noche, sin embargo todavia habia gente rondando por aquellos lugares, algunas personas tambien entrenando. Deje de desconcentrarme con aquello y fije mi vista en el cielo raso, las estrellas siempre me hacian poner de mejor humor, desde pequeña, asi que decidi ponerme a entrenar lo antes posible, antes de que se me pasara el tiempo, se hiciera de dia, y los animos me hicieran volver a mi casa.]

[ Después de casi bien un mes de trabajo al fin había decidido tomarme mis vacaciones, nada mas ni nada menos que en la Isla Misuzaki. La isla en la que según decía la leyenda, allí descansaban los tres espíritus de los grandes guerreros de la antigüedad, aquellos quienes con sus propias manos, levantaron la aldea de sus propias cenizas. La isla era casi un misterio y poca gente sabía como era, era como si, cuándo no fuese necesario, ésta se ocultase para todo el mundo y únicamente emergiese de las profundidades del mar cuándo alguien realmente necesitaba de ella. A diferencia que en otros lugares, el clima allí era mucho más agradable y no tan seco, también más húmedo y menos caluroso, lo cual propiciaba, además de encontrarse en el medio del océano, conocido por sus tranquilas aguas, a que la vegetación floreciese y creciese a su gusto y ganas por toda la superficie. Dicha isla poseía algo extraño y que difícilmente había sido cosa de la naturaleza, entre ellas, las más destacadas, tres cosas; la primera: en lo más alto de la isla tres grandes cabezas con sus respectivos cuellos de serpiente reinaban y vigilaban; la segunda, se trataba del acceso al interior de la misma, un gran portón rojizo con un símbolo color negro plasmado en el mismo, el cual daba acceso a un enorme túnel tallado en la roca el cual conducía al interior de la isla; la tercera y aún más impactante, era el encontrar animales allí, en aquella remota isla, y con una arquitectura sumamente delicada y detallista, como si de una pequeña aldea ninja se tratase, algo que nunca nadie hubiese imaginado.]



[Habían pasado ya aproximadamente un par o tres de horas desde el desembarque en la isla, tiempo el cual había utilizado para investigar un poco sobre la misma y recorrer algunas de sus calles y lugares, pues pese a que se decía que se trataba de una isla muy tranquila, en la que se encontraba únicamente la paz, allí había mucha más vida de la esperada y, a su vez, un estilo arquitectónico un tanto similar al konohense, pues se decía que, en tiempos remotos antes de su supuesta desaparición, aquella isla había pertenecido a los límites geográficos del país del fuego y, de igual modo, sus costumbres y maneras tanto de vivir como de pensar. Pese a que se había dado por perdida y según se decía, encontrar dicha isla no era más que una leyenda en la que muchos depositaban su fe en última hora, las coordenadas geográficas en las que se situaba dicha isla pertenecían desde hacía algún tiempo, tras la guerra con la nación del fuego, al país del viento, el cual había arrebatado gran parte del territorio marítimo. De todos modos, su presencia allí no era ni mucho menos turística y, por lo que cuándo más o menos, finalizaron con el reconocimiento de la isla, decidi poner manos a la obra. Mi deber no era otro si no el de encontrar y conseguir tranquilidad.]



[Cansada ya de caminar y deambular sin obtener nada a cambio, decidi limitarme a preguntar a los habitantes de aquél lugar, no sobre una leyenda, ya que las conocia muy bien, si no sobre algun bonito lugar para quedarme por un tiempo. Mucha gente se negaba a responder, pero de tanto en tanto, alguno que otro dato por pequeño que fuera que obviamente, servía y utilizaba de pista para entrelazar las mismas y al fin, lograr una conclusión con algo más de cuerpo y firmeza que no simples palabras de algún charlatán.
Un par de horas más tarde, después de indagar, investigar y preguntar a quién sabe cuántas personas, logre encontrar a una joven kunoichi de la niebla, entrenando al parecer. Lucia un kimono un tanto extraño con dibujos similares a una enredadera, y un hermoso cabello oscuro y largo. Sin mas titubeos me acerque y le pregunte quien era.]


— ¿Bonita noche no crees?

—Si... Muy linda...—
[Dije de espaldas a ella, mirandola de reojo. Se habia vaciado el lugar desde hace un tiempo, por lo cual me sorprendio la presencia de aquella mujer de cabellos rojos, y vestimenta atrayente. El impacto de ver a alguien asi en un lugar no apropiado me hizo desconfiar. A pesar de que ella tenia aspecto calido, estuve alerta, no estaba segura de la presencia de criminales en aquel lugar, pero desde pequeña soy muy desconfiada, por lo cual me puse alerta.]



[Ni siquiera intente hacer movimientos bruscos. No tendria ni oportunidad de escapar si era una de ellos, por lo cual opte por lo mas tranquilo. Ella sonrio, lo cual me hizo sentir de su parte aun mas calidez, sentia cierta energia en su lugar, por lo visto era alguien avanzado. Por alguna razon que no comprendia, aquella mujer se me hacia conocida.]
[Ciertamente, estaba asustada. No habia razon, pero siempre fui de tener ciertos ataques de nerviosismo, y un lugar como aquel me infundaba mas temor al saber que la poca gente que habria no escucharia cualquier sonido de auxilio salido de mi persona. Al venir al lugar no tome en cuenta que me habian dicho que no habia mucha gente alli, por lo cual era en cierto modo peligroso.]
*Lo que tenga que pasar, pasara, dejate llevar*



[Me di vuelta mirandola a los ojos]
—Soy Kurenai, Tu quien eres? Y Que haces en un lugar de este tipo?—
[Le dije, pensando mas bien en porque yo habia elegido justo aquel lugar para entrenar]

[Esta niña era muy diferente de todas las demas personas con las que había hablado, ademas también de que era mucho mas joven. Esta isla siempre fue habitada por personas ancianas de no menos de cincuenta años, y por motivos de costumbre, o talvez por cariño a la isla, no se mudaban a otras partes del país. Era uno de los motivos por lo que me intrigaba esta niña, a pesar de que sabía que no iba a darme la informacion que quería y necesitaba, me senti atraída a quedarme a hablar con ella. De cierta forma me recordaba a mi de pequeña, la desconfianza y nerviosismo siempre fueron mis sentimientos mas destacados, y mas en situaciones como estas en las que alguien aparece de la nada, en lo oscuro y profundo de la noche, haciendo preguntas casi sin sentido ante la situación. Estaba verdaderamente interesado por el motivo que llevaba a aquella kunoichi a visitar una isla rodeada e impregnada de leyendas algunas ya desmentidas por algunos de los mismos habitantes.]


— Kurenai... bonito nombre. Yo soy Mei, y solo estoy aquí buscando paz y tranquilidad. Veras, Kurenai... yo soy la Ex-Mizukage.


— Y tu... ¿estas entrenando verdad?. Nunca se me hubiera ocurrido hacerlo aquí, es perfecto. ¿Te molesta si me quedo aqui?, la verdad no encontre un lugar que tenga lo que necesito, y aqui y ahora me siento con mucha tranquilidad, es algo extraño.

—La Ex Mizukage?!? Con razon se me hacia conocida! —
[Me quede atonita al escuchar aquello. Lo que hace unos minutos era temor, se habia convertido en admiracion. Ansiaba conocer a Lady mizukage cuando llegue a la aldea, y ahora que habian cambiado su puesto, pensaba que no la volveria a ver. Ella era tan... Calida, al estar con ella por alguna razon recordaba a mi madre, antes de mudarme sola, cuando pasaba todos los dias con mi familia, esas semanas enteras disrutando sin complicaciones, sin temor...]



* Concentrate!*
[De nuevo me habia quedado absorta en mis pensamientos, recordando a mi familia, por lo cual me sacudi rapidamente y trate de retomar la conversacion. Sonrei rapidamente, tratando de demostrar que ya no estaba asustada, ya que ella parecia haberse dado cuenta de mi temor.]
—Si estoy entrenando aqui, vine a ver el lugar mas que nada, hace muchisimo que no entreno, y ahora entreno solamente por hacer algo...—



—Aunque es bastante solitario, es bastante tranquilo, me concentro bien aqui, aunque soy un poco temerosa. No molesta que te quedes, al contrario seria un buen cambio una compañia despues de este tiempo, voy a descansar un poco.—

~..."tranquilo"..."descansar"...~

[Era muy extraño que alguien se sorprenda de verme y sorprenderse tanto como había hecho esta niña en el momento que se lo había revelado. Solo había estado un poco mas de un mes en el cargo y al aprecer había sido suficiente para ser reconocida por algunas personas, a pesar de que los líderes de la aldea de la niebla nunca fueron considerados heroes o algo que merezca ser digno de aprecio. Los antiguos Mizukages solo regaron temor por el país con sus extrictas leyes para elevar el nivel de la milicia. Hasta un punto que eran casi despreciados, y esto siguio siendo así por bastante tiempo. Pero yo no era esa clase de persona, ni fui capaz de aceptar completamente la "ley de los cinco dias" implementada por el Ex-Mizukage Hiei, la cual sostenía que había que asesinar a los estudiantes que no eran lo suficientemente fuertes como para ser Shinobis. Y esta niña era un claro ejemplo de los cambios producidos por la aldea, luego del temor y desconfiaza, se asomaba la calidez y el asombro, la tranquilidad... eso era lo que necesitaba despues de todo.]


— ¡Genial! , y dime Kurenai, ¿ya eres Gennin, o aún no te has ganado tu bandana?
~Tal vez pueda ayudarla con algo...~

*Me siento mas tranquila al estar con ella... Una buena compañia es mejor para este lugar*
[Me sente a descansar un rato con ella, la verdad no tenia ganas de entrenar, y hace tanto que no habia salido ni siquiera de mi casa que hablar con alguien se me hacia algo bastante bueno. Ella parecia tener confianza en mi al igual que yo en ella, asi que me tranquilize y comence a hablar con naturalidad.]



—No... Ni siquiera aprendi un jutsu hasta ahora, a pesar de haberme jurado a mi misma hacer lo posible para proteger a todos, hasta ahora no me puse a "Trabajar" Debidamente en mi entrenamiento... Se que deberia empezar a entrenar ya mismo, pero estoy acostumbrada a mi anterior vida, la vida con mi familia, la tranquilidad, en la cual los asesinos, las amenazas, los criminales, solo son una... "Pesadilla lejana".



[Me habia sincerado con ella a pesar de que la conocia hace unos pocos minutos, solo me pasaba aquello con el tipo de personas con las cuales puedes hablar tranquila, sin prejuicios de por medio. En un poco tiempo debia volver a entrenar, pero la verdad, las ganas se me habian ido, no por mis animos, sino porque queria seguir hablando con Mei cuanto pudiera.]

~..."asesinos, criminales, amenazas"...~
~Son claras palabras de una pobre niña que ha sufrido las desgracias del País del Agua, a su edad debe ser muy dificil ver estas cosas, yo misma lo he vivido...~

[Sentí unas grandes ganas de ayudar a esta niña cuando pronuncio esas palabras, de cierta forma era como sentir que era yo misma quien expresaba sus emociones mas profundas sobre la aldea, ya me impresionaba la relación que encontraba a esta niña conmigo. Una de las peores cosas de la vida shinobi, es el cambio brusco, a pesar de que siempre estas acostumbrado a lo peor, el cambio es muy repentino. Y los sentimientos que uno tiene, pueden hacer que una situación tal como un combate mismo, resulte algo mortal. El miedo lleva al odio, el odio lleva a la ira, la ira lleva al sufrimiento. Y ahi es donde perdemos la cordura. Especialmente en la Aldea de la Niebla, donde de pequeños nos vimos obligados a ver cosas que no son normales para una persona de esa edad. ]


— Sabes, Kurenai... a tu edad yo era una de las mejore Chuunin de mi equipo, y ¿sabes como logre eso?. Muchos se inspiran con la bondad, otros con la ira, la venganza, yo por otra parte, deseaba tanto parar todo por un momento, tener tranquilidad y paz, que entrenaba al 100% cada día, para así cumplir con mi deber, mi deber shinobi... y eso era lo que me daba paz... saber que cumplía con mi deber. Si no lograba hacer algo, me hundia en un profundo pensamiento negativo que no podía resistir. Y no podía permitirme fallar, por nada en el mundo. Debía encontrar... la paz, de mi mision en este mundo, en este País... en esta aldea...


— Asi que... lo unico que puedes hacer, es soportar todo eso, y sacarlo con tu entrenamiento, tu fortaleza... para poder volver a ver las cosas malas... como una pesadilla nuevamente...

*Wow, chunnin a mi edad... yo ni eh llegado a avanzar un jutsu..."
[Sus palabras eran tan sinceras y adecuadas... Su sentimiento base, era conseguir la paz, ¿Cual seria el mio? Desde pequeña, era amante de las luchas, pero nunca sin una razon. Me habia jurado defender mi tierra y a mis seres queridos sea donde sea cuando me mude sola, y me senti mal al darme cuenta de que me habia fallado a mi misma... Haberle dicho a todos mis seres queridos que seria una de las mejores, que siempre estaria a su lado, y de pronto dejarme llevar, haber dejado mi entrenamiento sin razon...]



—Como pude haber abandonado...—
[Dije en voz baja. Mi animo decayo de un momento a otro, porque en el fondo el pensamiento de saber que habia fallado a mi promesa era algo que me perturbaba... Podria retomar el entrenamiento, y el sueño de ser una gran protectora de la aldea se me hacia tentador, pero ese pensamiento tan confuso me seguia golpeando. Al parecer Mei se dio cuenta de el cambio de mi expresion, por lo cual trate de esbozar una sonrisa (Sin exito) y agregue rapidamente]



—Sabes... Cuando era pequeña, me sentaba sola en la obscuridad de la noche, solo alumbrada por las estrellas... Y todas las noches me juraba a mi misma que seria una gran luchadora, que protegeria a todos, tanto como a mi aldea... Entregaria mi vida por ello, pero me eh dejado llevar...—



—Necesito socializar con algo mas de gente en la aldea, desde que me mude sola, no eh salido de mi casa, y las pocas veces que salia, la gente me miraba con cara extraña, o tal vez simplemente era mi imaginacion...
No estoy segura de que sera lo que haya pasado, pero perdi ese "Espiritu" de lucha que tenia antes, esa emocion... Creo que retomare el entrenamiento mañana, no quiero atrasarme mas...—

[Al parecer las estrellas eran la única compañia que ha tenido esta niña por bastante tiempo, de alguna manera se sentía culpable por la situación en la que se encontraba ahora. Tal vez no seria buena idea intentar cambiar su vida, nunca creí capaz de ayudar alguien, mas que con el uso de mis tecnicas y siempre con batallas y muertes de por medio, muertes y salvación... esa era la parte en la que sentia que ayudaba... salvación. Así que esta vez me decidí, a tratar de ayudar a alguien, de manera diferente. La llevare a pasear por los alrededores, que tanto conocía gracias a los relatos e historias de la isla, pero no conocia fisicamente. Y como dicen, hay una gran diferencia entre conocer el camino, y recorrerlo.]


— Ven... ¿Quieres que te muestre un lugar genial de esta isla?

[Estiré mi mano con una calida sonrisa, es como sien pocos minutos aquella niña se hubiese convertido en una parte de mi, una parte restante... de mi, como si estubiera ayudandome a mi misma de los recuerdos del pasado. Yo a su edad tenía el deber y la obligación de hacer lo que ella ahora no puede, recorrer el mundo, salir de este engranaje rutinario de la vida. conocía muy bien la zona, y sus leyendas, pero nunca había tenido tiempo, ni me habían asignado nunca una misión que requiera recorrer la Isla completamente, así que esta podía ser una buena situacion y momento para hacerlo.]


~Tal vez no quiera venir... Como sea espero hacerla sentir bien ayudando a olvidar algunas cosas...~

*Esto no quedara asi, entrenare lo que sea para ser mas fuerte...*
[Como podia ser que mi espiritu de lucha haya desaparecido tan radicalmente? Acaso no era yo la que se habia despedido sin llantos de mi familia, jurando que pasara lo que pasara, la niña que se iva de la casa de sus padres, seria luego de un tiempo una gran ninja? Como pude dejar todo atras! No importaba como, ni porque, pero mis pensamientos en ese momento se centraban solamente en cambiar, ese estilo de vida que habia tomado, haber dejado mis raices, mi gran entusiasmo, todo... Volveria a entrenar, fuese como fuese. Mi animo subio, al ver que mi subconsciente sabia que yo era capaz de hacerlo, en aquel momento, me sentia capaz de todo, y la compañia de alguien con tal parecido a mi, como lo era Mei, me alentaba aun mas. Habia algo en ella que me hacia recordar tanto a mi madre... Ella tenia ese espiritu optimista, era una persona que por sobretodo, buscaba paz, tal cual como mi familia. Sus pensamientos me recordaban a... Mi, en cierto punto, me identificaba con ella a pesar de conocerla hace tan poco tiempo. Tenia cierta conexion con ella, por lo cual aquel lugar tan obscuro y que hasta hace unas pocas horas se me hacia peligroso, me parecia algo sin importancia sabiendo que tenia una compañia de aquel tipo.]



[De pronto mis pensamientos se cortaron, al ver como ella estiraba una calida mano hacia mi, y me invitaba a recorrer aquel lugar. Parecia que le habia caido bien, esperaba que asi sea. Sabia que debia entrenar, pero tal vez un ultimo dia de descanso junto a mi nueva amiga no me vendria mal. Sin pensarlo, me levante del suelo tomando su mano, y mirando hacia el gran lugar que tenia ante mis ojos, rapidamente dije]
—Realmente, Eres la mejor persona que conoci desde que me mude, no elegiria nadie mas para estar en este momento que, alguien tan parecida a mi como en cierto modo, eres tu.—

[Finalmente había aceptado, una parte de mi creía que no querria hacerlo. Yo por mi parte no hubiera seguido a una persona que, en este mundo criminal como ella misma había llamado, podría tratarse de cualquier sucia trampa, pero aún así había aceptado. La tome de la mano delicadamente, o al menos lo intente, mis manos no habían servido anteriormente mas que para batallas. Me quede por un momento observando nuestras manos enlazadas, tan solo pensando, no un lugar a donde ir, sino pensando en los sentimientos que producian en mi. Luego de esto, levante la mirada hacia su rostro, hice una leve sonrisa, y comenzamos a caminar.]




[Luego de pasar unos minutos caminando, tan solo mirandonos entre nosotras y sonriendo, pasando algunos lugares dificiles de atravesar, y varios lugares hermosos donde quedarse. Pero yo ya tenía un lugar planeado a donde ir... Allí en el final de la Isla Mizusaki, en donde al ver hacia el oceano, pareciera que uno estubiese flotando en el centro de este, caminando sobre el agua, y al darse vuelta fuera como despertar de un sueño y encontrarte pisando la tierra. Como era de noche, las estrellas resplandecian increiblemente, y mejor aún, parecía como si uno estubiese en el cielo, mas alla de las estrellas, volando gracias a la sensación del viento.]


— Este sera uno de los mejores recuerdos que tendré Kurenai... Te lo aseguro...