Regreso a sus tierras

Por fin las marionetas entraban en tierras de la niebla, la gruta submarina había sido por mucho tiempo uno de sus lugares de entrenamiento y había efectuado varias misiones en ella por lo que conocía al revés y al derecho las rutas adecuadas para pasar hacia la aldea. Aunque solía dar muchos viajes jamas había tenido que pasar por el valle del fin, la verdad era que sus parajes habían sido sorprendentes, parte de Naraku quería haber explorado más ese lugar, por no decir todo el país del fuego, sin embargo debía atenerse a su decisión, no haría nada que comprometiera a la aldea, ya tenían suficientes problemas en volver a estabilizarla tras el escape de Hiei.

COn sus marionetas trabajado al cien por ciento, una hacia el despacho de la mizukage y otra encaminada hacia Konoha, Naraku esperaba estar a tiempo de evitar una guerra ninja, tenia un gran peso entre sus manos y no solo se refería a los valiosos documentos que la marioneta cargaba, era una gran responsabilidad, incluso para el todo un experto en la materia.



Había actuado en cuanto supo la información de su nuevo visitante, era muy poco probable que empezaran a moverse los shinobis de la hoja, el desconcierto que Aj Uchiha había causado debió ser un fuerte golpe para esa aldea, debía actuar pronto antes que la herida se abriese en su totalidad.

La marioneta de Naraku tenia mucho por hacer si quería cumplir su cometido, lo primero era ir a la aldea cuanto antes, debía apurarse o alguien podría adelantarse a su idea, el Hokage debía estar peleando en aquellos momentos, pero sobre todo quería ver al Sanbi con sus propios ojos... bueno, no eran los suyos propiamente tal pero sabia a lo que se refería, ademas que ya estaba acostumbrado. Paso por la gruta submarina con facilidad pues conocía las rutas al revés y al derecho y fue rumbo a casa