Automisión Naraku - Los guantes de un especialista

Mientras el apocalipsis se desataba en el salón de la mizukage tras la llegada de Hinata, Anna y Aj y cuando por fin Naraku logro recuperarse supo que en esos momentos necesitaría todo recurso que tuviese a mano para salir adelante, y eso incluía el averiguar sobre rumores que había escuchado de un antiguo medico que vivía en Kirigakure al parecer había sido de los shinobis de esa especialidad más reconocidos. Por lo que logro averiguar Naraku su residencia había estado cerca del oasis de relajación donde tenia su centro de operaciones, se dice que usaba las propiedades curativas del agua de esos lugares para fomentar sus habilidades naturales obteniendo impresionantes resultados en la sanación de males como la peste azul, lo cual le habría consagrado entre los mejores médicos de la historia del mundo shinobi.



Naraku uso parte de las fuerzas que había ganado gracias al tratamiento que Hinata-sama le hiciera para mandar una de sus marionetas que tenia en Kirigakure no sato hacia el oasis de relajación y así investigar que había pasado con aquel hombre, aprender sus secretos seria una misión larga y no tenia mucho tiempo, debía actuar rápido.

La Mizukage Mei les había permitido salir a duras penas, pero sabia eso solo seria momentáneamente, una vez se calmara empezaría el interrogatorio. Naraku sabia debía buscar una forma de lograr aceptara a los recién llegados, en parte devolver los pergaminos de Konoha podría ayudar aunque estaba demorando más de lo esperado, parecían ninjas con extraños colores de cabellos, uno tras otro, aunque uno parecía ser el kage se tomaba bastante tiempo para tomar decisiones, algo no muy llamativo cuando eres quien guía a una aldea con tanta gente como tenían las cinco grandes.



Naraku decidió olvidarse por unos momentos de sus otros problemas y concentrarse en su actual misión, no sabia que pasaría en su futuro pero si podía preparase para afrontarlo,

Aunque Naraku conocía gran parte de los alrededores de Kirigakure, en lo que se refería a zonas internas solo tenia nociones básicas sobre como eran, había estado en una ocasión en el pantano sin embargo jamas se había dado el tiempo de ir hasta el oasis de relajación, ese lugar sonaba bien cuando eres un aldeano o una suerte de turista, pero como shinobi de la aldea no se había dado jamas el tiempo de ir... aunque siendo técnicos tampoco se lo estaba dando ahora pues solo enviaba una marioneta hasta ese lugar, era grato tener un jutsu como ese, pues aunque no podía disfrutar en su totalidad los beneficios de estar ahí, si le servia para conocer lugares que en circunstancias normales no tendría el tiempo para recorrer. El lugar para llegar hasta el oasis era todo lo que hubiese esperado, al igual que Kirigakure un tenebroso bosque cubierto de niebla, sin embargo era un paisaje maravilloso y único a la vez, su belleza era solo apreciable por cierto tipo de gente...

Naraku ya había notado que su personalidad había cambiado, había sido un proceso lento que inicio el día en que pisara dicho continente. No es que pensara fuese de noble corazón o un paladín de la justicia pero se sentía... a gusto. Eso era más de lo que podía pedirse le a una persona como él. La marioneta de Naraku caminaba lentamente por ese frió paisaje, siempre le había gustado reflexionar sobre su vida aunque dada la cantidad de problemas recientes no había tenido una oportunidad verdadera para hacerlo, ese paisaje desolador y encantador era ideal para liberar un poco sus tensiones, sabia que estaba en una misión de búsqueda pero era después de todo una búsqueda en su propia aldea, por importante que fuese obtener la información no pasaría de una misión rango D, aunque eso no le era importante en aquellos momentos.

Por fin el bosque empezaba a desaparecer poco a poco la densidad de arboles bajaba. Sabia de antemano que el lugar al que iba era de hecho bastante transitado y muchos de los aldeanos utilizaba un camino principal pero este daba una vuelta innecesaria que le haría tardas incluso tres horas más que si tomaba el camino del bosque, sabia no era un lugar realmente peligroso, solo tenebroso.



( No debería estar muy lejos de encontrar el sendero principal, esos viejos mapas no pueden estar muy equivocados, las obras de renovación de la aldea no han sido el fuerte de los antiguos kages... )

El efecto de la niebla había desaparecido junto con los últimos rastros del bosque, Naraku logro llegar en tiempo récord hasta el cambo principal, era casi como un lugar aparte de Kirigakure, el río a la par del camino, hasta el clima en si parecía haber cambiado. Era el efecto de ese lugar, el oasis de relajación... había leído que una de las ventajas y motivo porque se había fundado la ciudad en aquel lugar, pues no solo habían descubierto de las capacidades curativas de sus aguas sino que ademas esa zona en particular nunca tenia mal clima, era un extraño epicentro dentro de la niebla natural del lugar, un verdadero oasis de esa zona, el lugar ideal para mantener aldeanos y una aldea ninja, segura por dentro y con un letal escudo a su alrededor.

La geografía de kirigakure no sato no dejaría nunca se sorprenderla, incluso la flora y fauna de ese lugar era diferente, habían especies que se adaptaban mejor a climas cálido, se sintió ridículo de no haber venido antes a ese lugar pues de seguro tendría muchas especies interesantes, una vegetación tan variada en el núcleo de su aldea, podría haber tenido esos datos hacia mucho tiempo.



( Eso me pasa por confiado, al estar en medio de Kirigakure asumí que su vegetación y animales serian los mismos que en el resto de los alrededores... la confianza es una mala aliada, debí saberlo... pero aún puedo rectificarme )

Se tomo algunos minutos para recolectar algunos especímenes de la vegetación que le parecían interesantes antes de retomar nuevamente su rumbo hacia el oasis, sabia que quizás no tendría el tiempo de volver por un largo periodo asi que lo mejor era tomar muestras ahora que podía. Mientras avanzaba logró divisar una casa a lo lejos, seria prudente pedir información al respecto, sobre el oasis y si tenia suerte sobre el viejo médico, era muy posible que si era alguien tan reconocido la gente de los alrededores supiera sobre él. Naraku se reincorporó y fue al camino con su nuevo objetivo en la mente, recolectar información el las casas de los alrededores partiendo con esa de paredes blancas y tejado rojo a la cual se encaminaba.

Al tocar una campanilla un hombre salio a recibirlo, su apariencia daba la impresión de ser fuerte pero eso no era lo que le importaba en aquellos momentos, necesitaba algún indicio para seguir el rastro del antiguo médico.



- ¿Quien eres tú... un shinobi de la aldea no, que se te ofrece?

Pese a su capucha había deducido fácilmente quien era, o se daba una idea, no era del todo raro pues solía usarla para todo momento.



- Buenas tardes señor, estoy buscando información sobre un reconocido médico que se supone vive en esta zona.

El hombre se vio pensativo por unos segundos, luego de unos momentos su rostro se ilumino, era evidente que sabia de quien estaba hablando.



- Te refieres a esa mujer supongo, no recuerdo su nombre, pero dicen se retiro del ejercito shinobi de Kirigakure para trabajar en las instalaciones del spa del oasis, sigue por el camino y toma la desviación a la derecha, esta todo señalizado.

Naraku se despidió del hombre y retomo el camino rumbo al oasis, al parecer su información estaba en lo correcto respecto a la locación, sin embargo en todos los informes de le trataba como "el médico", jamas supo que se trataba de una mujer, eso era bueno saberlo de antemano y aunque no tenia el nombre estaba un paso más cerca de encontrarlo... encontrarla. Una ex shinobi médica, de seguro podría aprender mucho de ella. Era lamentable no tener el nombre, ni siquiera una imagen, parece que cuando esa mujer decidió retirarse hizo todos sus esfuerzos para no volver a ser encontrada, por supuesto ella no contaba con que Naraku estuviera ahi, el encontrar información en pequeños detalles olvidados era su especialidad, sobre todo si se trataba sobre ninjas médicos, preparada o no esperaba estuviese lista, por que él si lo estaba

El camino era bastante placido y aún no habían rastros de la bifurcación mencionada por el hombre. El Naraku real había por fin salido de la habitación y partido a entrenar su nuevo jutsu, debía dejar de jugar en esa misión y apresurar el paso, los guantes serian necesarios antes de lo previsto, podía sentirlo en el ambiente, la seguidilla de problemas que se habia dado de momento era solo la antesala de uno más grande y como chunnin de Kirigakure no sato debería estar preparado para todo. La marioneta de Naraku apresuro el paso, el lugar era hermoso y lleno de vegetación, fauna y gente valiosa para la aldea, pero podría obtener datos después, una vez se sintiera listo para todo lo que tuviese que afrontar.

La marioneta de Naraku corría ahora a toda velocidad, el camino era endemoniadamente largo, pero por fin a lo lejos pudo ver las señales que el hombre le había hablado junto con la respectiva bifurcación del camino, prosiguió por el camino de la derecha tal como le habían comentado, sin embargo la verdad era que todo estaba debidamente señalizado, parecía que incluso en esos lugares solían recibir algunos turistas.



( Debo enfocarme y seguir mi camino, no debo detenerme hasta encontrar el famoso oasis y a la medico especialista de estas tierras... aún así debo convencerla de que soy el indicado para ser heredero de su sabiduría, ella dejó la milicia de Kirigakure... espero no hayan sido por razones negativas o jamas aceptara traspasarme sus conocimientos )

Por fin podía ver el afamado oasis, la verdad era un verdadero centro de descanso, el "oasis" hacia referencia a las termas curativas, se podía ver mucha gente en los alrededores, Naraku buco con la mirada pero habían varias residencias en los alrededores, esa mujer, de quien ni siquiera conocía el rostro, podría estar en cualquier parte.



( Si la mujer es tan buena como dicen debería estar en un lugar con mucho éxito... )

AL mirar a los alrededores pudo ver una gran casona al borde de una tenue colina, parecía enorme comparada al resto de las posadas, era posible que ellos tuvieran información de la ex kunoichi medica especialista.

El hotel era enorme, Naraku entro como si nada pese a que la gente miraba extrañado al portador de la capucha de babuino blanco. Ya estaba acostumbrado a las miradas como esas era por eso que siempre había preferido utilizar su sigilo siempre, aunque dadas las circunstancias parecía poco practico. Naraku se acerco hasta el mostrado donde una joven atendía a los clientes.



- Buenos días jovencita, estoy buscando a una mujer medica que solía ser una kunoichi de Kirigakure, posee grandes habilidades y renombre, espero pueda usted ayudarme a localizarla.

La mujer se vio dudativa, al parecer eso del renombre no era necesariamente correcto o quizás la mujer lo había ocultado como el resto de su vida.

- No se si gran renombre pero hay una mujer médico no lejos de aquí, salga de aquí y siga derecho un par de cuadras, tiene un cartel de medicina... es dificil que pase de largo.

Tras agradecer y despedirse de la muchacha Naraku siguió sus indicaciones hasta de llegar a una modesta casita con un cartel color rosa en su pared que decía "Hospital"... era poco probable que tuviese alguna instalación siquiera medianamente parecida a un hospital, pero decidió continuar de todos modos pues era su única pista, por lo que tiro del cordel que llevaba a una campana, una mujer no tardo en salir a abrir al puerta.



- Bienvenido sea, mi nombre es Unohana Retsu y dirigó este lugar... en que puedo atenderlo.

La mujer no se veía del todo convencida, como ex kunoichi médica era posible que estuviera al tanto de quien habia tomado su puesto, el joven depiel de babuino blanco.



- Buenas tardes, mi nombre es Naraku y me gustaría que pudiésemos hablar.

La mujer no del todo convencida le dejo pasar, se veia tristeza en sus ojos y estaba claro que le había reconocido. Ella le ofreció té el cual rechazó, nunca se puede ser suficientemente precavido cuando se trata con un medico especialista. La mujer suspiro y empezó a hablar.



- Supongo que tarde o temprano me encontrarían... pensé había borrado todas mis huellas y registros.



- Un trabajo admirable debo decir, pero no lo suficiente prolijo, quizás si hubiese tenido más tiempo.

La mujer se levantó abruptamente, estaba consternada.



- Nunca quise abandonar mi aldea, simplemente no podía seguir así... tantas peleas... muertes... sangre en mis manos... fue por lo que decidi irme y ejercer como médico en otro ambiente, pero aún siempre tratando de ayudar a mi gente.

Naraku veía que por sobre todo amaba su aldea, sin embargo había llegado a su limite, el tratar de reincorporarla a las fuerzas de la aldea solo le harías desgastarse más y su talento se perdería totalmente.



- No se preocupe, entiendo perfectamente sus motivos y la verdad no fue el buscarla para traerla de vuelta como kunoichi que decidí venir a buscarla, la verdad esperaba pudiese compartir parte de sus conocimientos para que así pueda ayudar mejor a la aldea... no somos tan diferentes, usted no quiere estar a la cabeza pero yo estoy dispuesto a asumir esa responsabilidad, solo le pido actué una vez más como mi superiora y me permita los conocimientos que por derecho son míos... aparte una vez llegue a la base destruiré cualquier remanente de su historial, podrá vivir su vida tranquila, ayudando desde el anonimato.

La mujer se levanto, su mirada era distinta, se podía ver en ella sentido de responsabilidad pero también un gran alivio, entro a una habitación y luego regresó con una caja en sus manos, se la extendió a Naraku, al abrirla pudo ver unos guantes blancos.



- Estos son el legado médico de Kirigakure no sato, los guantes de acupuntura. Originalmente sirven para poder hacer ataques médicos a distancia, pero sus utilidades van mucho más allá de eso, como nuevo lider médico de la aldea estoy segura que podras usarlos con sabiduria... muchas gracias por tu consideración.



- No tiene por que agradecer, tenga por seguro que hare uso adecuado de este regalo y me encargare personalmente que nadie os moleste nuevamente, por favor siga ayudando a Kirigakure desde aquí y proteja este centro de paz con todas sus fuerzas.



- Así lo haré...

Dicho esto, Naraku se despidió con un gesto de cabeza y luego salio de la oficina, tenia una nueva arma médica a su dispocisión y algo le decia que la necesitaría pronto. La marioneta regreso a casa.